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Tai Chi Práctica

Grupos de Alimentos

Cereales y derivados

Este grupo constituye la base energética de la alimentación mundial e incluye arroz, trigo, maíz, avena, cebada, centeno y sus productos derivados como pan, pasta, cereales de desayuno y harinas. Son la principal fuente de carbohidratos complejos y proporcionan energía sostenida para las actividades diarias. Los cereales integrales, que conservan el salvado y el germen, ofrecen ventajas nutricionales significativas sobre los refinados, ya que aportan fibra dietética, vitaminas del complejo B, minerales como hierro y magnesio, y compuestos antioxidantes. El consumo regular de cereales integrales se asocia con menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Se recomienda que al menos la mitad del consumo de cereales provenga de variedades integrales.

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Frutas y verduras

Las frutas y verduras forman el pilar de una alimentación saludable, siendo fuentes excepcionales de vitaminas, minerales, fibra dietética y compuestos fitoquímicos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Este grupo se caracteriza por su alta densidad nutricional y bajo contenido calórico, lo que los convierte en alimentos ideales para mantener un peso saludable mientras se cubren las necesidades nutricionales. Las frutas aportan principalmente vitamina C, folato, potasio y azúcares naturales, mientras que las verduras, especialmente las de hojas verdes y colores intensos, proporcionan vitamina A, ácido fólico, hierro y calcio. La recomendación universal es consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día, priorizando la variedad de colores para maximizar la diversidad de nutrientes.

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Proteínas de origen animal

Este grupo incluye carnes rojas, aves, pescados, mariscos, huevos y lácteos, todos ellos fuentes de proteínas de alto valor biológico que contienen todos los aminoácidos esenciales. Las carnes magras y las aves sin piel proporcionan proteínas de excelente calidad, hierro hemo de fácil absorción, zinc y vitaminas del complejo B. El pescado, especialmente las variedades grasas como salmón, sardinas y atún, aporta además ácidos grasos omega-3 beneficiosos para la salud cardiovascular y cerebral. Los huevos son considerados la proteína de referencia por su composición aminoacídica completa y su versatilidad culinaria. Los lácteos contribuyen significativamente al aporte de calcio, fósforo y proteínas de alta calidad, siendo fundamentales para la salud ósea en todas las etapas de la vida.

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Legumbres y frutos secos

Las legumbres, que incluyen frijoles, lentejas, garbanzos, soja y guisantes, son verdaderas joyas nutricionales que combinan proteínas vegetales de buena calidad con carbohidratos complejos, fibra abundante, minerales como hierro, magnesio y potasio, y vitaminas del complejo B. Su consumo regular se asocia con beneficios cardiovasculares, control glucémico mejorado y mayor saciedad. Los frutos secos y semillas, aunque calóricamente densos, aportan grasas saludables, proteínas, fibra, vitamina E, magnesio y otros minerales esenciales. Estudios científicos han demostrado que el consumo moderado de frutos secos se relaciona con menor riesgo de enfermedades cardíacas y mejor control del peso corporal, probablemente debido a su efecto saciante y su perfil nutricional favorable.

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Grasas y aceites

Aunque necesarios en cantidades moderadas, los aceites y grasas son fundamentales para una nutrición óptima. El aceite de oliva extra virgen, rico en ácido oleico y compuestos fenólicos antioxidantes, es considerado uno de los pilares de la dieta mediterránea y se asocia con numerosos beneficios para la salud. Los aceites de semillas como girasol, cártamo y maíz aportan ácidos grasos poliinsaturados, mientras que el aceite de pescado y las semillas de lino proporcionan omega-3. Es importante limitar las grasas saturadas presentes en mantequilla, manteca y aceites tropicales, y evitar completamente las grasas trans artificiales. La clave está en elegir fuentes de grasa de alta calidad y consumirlas en cantidades apropiadas para mantener un equilibrio calórico adecuado.

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